Sin quererlo te convertiste en mi reflejo
en ese otro yo que muchas veces no quiero ver
del que huyo cubriendo mi mirada
por que temo tener que enfrentarme a el.
Si, no me avergüenza el tener que decirlo,
siento miedo de ti y de lo que puedas hacer,
de que puedas herirme y mi corazón no sane
y que el dolor me acorrale igual que ayer.
Tengo miedo y grito aunque no me escuches
ya que el frió del cristal no te lo permite
mientras me miras con tu mirada frívola
eres eso que yo nunca quise ser.
Te convertiste en la oscuridad de mis noches,
las lágrimas que de mis ojos brotan sin cesar
mas aun así siento que soy tu esclava
ya que de ti no puedo escapar.
Mátame, destrózame, despedázame en este instante,
ya no aguanto esta agonía que me atormenta
al verte tan igual a mi y a la vez tan distinta,
es caer en el abismo y resurgir otra vez.
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