Eres el fuego que arde
como una gran llamarada,
siento el calor en mi piel
mas no tengo miedo a acercarme.
No me importa morir en tus brazos
si eso debo hacer para amarte,
puedo adorarte como un dios,
incluso darte toda mi sangre.
Ofrecerte mi alma como regalo
por que sin ti ya no tengo nada,
conviértete en mi amo
y cada noche yo seré tu esclava.
Y juguemos al juego prohibido,
juguemos el juego de la pasión,
cada noche vuelve a hacerme tuya
y te entregare sin pensar el corazón.
1 comentario:
Me encanta.
¡salú!
Lucía
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