Me instalé en el Monte y cesaron los cuidados:
ya no ocupan mi mente pensamientos vanos;
más libre que las rocas donde inscribo versos,
me doy, cual barco sin amarras, a los hados.

Hanshan

miércoles, 20 de junio de 2012

El Pasado


Siento el pasar del tiempo 
como un amigo traicionero
que se lleva las risas, la felicidad
y allí en medio quedo yo.

Confundida, llena de preguntas
sin una sola expoliación,
donde se fueron las risas,
cuando me abandono la ilusión.

Esa niña que reía
y cuando yo la escuchaba
llenaba mi mundo de color
y me regalaba una esperanza.

Ahora me miro al espejo
y veo vació en mi mirada,
mi rostro ya a cambiado,
de niña a mujer me convertí.

Cuanto duele crecer
y asumir la realidad
mientras sueño entre nubes
ocultando las lágrimas.

1 comentario:

Orlando Francisco Menéndez dijo...

Un poema muy profundo, expresando dolor. Está muy bien escrito. Te felicito María.