Tengo miedo del presente que dibuja
lágrimas en el silencio de mi cama,
gritos silenciosos para que nadie escuche
por que duele tanto el vació de ser nada.
La tristeza invade mi corazón,
la soledad se roba mis esperanzas,
ya no hay estrellas en mis noches oscuras
y no queda espacio y tampoco ganas.
Pesa tanto el corazón cuando esta vacío,
pesa tanto una lágrima que no es derramada,
un sentimiento oculto tras una mirada
que nadie comprende ni tampoco lo exijo.
Hoy no busco alguien que me entienda
solo busco como muchos el ser aceptada,
no quiero que me amen por mis virtudes
solo que mis debilidades no sean juzgadas.
2 comentarios:
Me gusta María. Sólo quien conoce de sus debilidades, sabe.
Saludos.
El vacío siempre duele y mucho. Me ha gustado este poema tan sentido.
Un abrazo Maria!
Publicar un comentario