Acorde triste de un piano,
la palabra de tu adiós
y además de eso solo queda
este triste y tonto corazón.
Que vivió para adorarte
tal cual si fueras dios
y entregarse a ti por completo
como esclavo de tu amor.
Y tu que me das hoy:
una palabra de despedida,
dejando mi alma vacía
y un por que en el tocador.
1 comentario:
María:
Me gusta mucho tu evolución como poeta.
Esta poesía es muy sentida, y muy buena.
¡Te felicito!
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